domingo, noviembre 11, 2007
Depresión
Nunca sabrán lo que se siente, que la depresión sea tu presidente, que te domine, que te mande,
que te asfixie y te envenene.
Cada segundo que pasa es uno más para sufrir, es uno más para estar mal, una razón más para no existir.
Me ahorcan estos malos pensamientos, cada sentimiento es peor que el anterior, alimentando mis deseos de decir, para siempre, adiós.
No existen colores, sabores, ni menos tentaciones, es como ser un zombie, vagando en busqueda de descanso.
No hay amigos sinceros, la paranoia advierte la traición, y tarde o temprano te engañan sin temor.
Te corroe desde adentro, hasta que se marca en la piel, escapando al exterior a través de cualquier método.
La soledad es cómplice, te torturan sin compasión, ni te dicen un motivo, sólo actuan con rencor.
No cabe la felicidad, no hay piedad, sólo una víctima solitaria con mucho que tolerar.
La confianza es un arma que siempre te daña, y nadie ni nada pueden recuperarla.
Mi ternura se desvaneció por la pervertida sociedad, que me hundió en un mar, donde la inocencia murió.
No se ven salidas, llaves, puertas o sonrisas, sólo un espejo que se burla de la desgracia vivida.
No tengo a nadie, no me sirven las terapias, no hay pastilla que funcione para mis alas quebradas.
No sanan ni mejoran, las horas sólo empeoran, arrastrando la paciencia, sin paso a clemencia.
¿Quién entiende lo que vivo? ¿Quién entiende lo que siento? ¿Cómo no pueden verlo? De a poco estoy muriendo.
Sólo me tengo a mi mismo, y a mis palabras, se extinguió el carisma, clavándome espadas.
Camino sin rumbo, trato de olvidar mi pasado, mas vivo en este mundo por completo obsesionado.
El silencio es un escudo, escribir un escape, vivo en un planeta mudo que no tiene avanze.
Me rodea el miedo y el posible futuro, mi corazón es un hielo relleno de cianuro.
Sacrificio, desafío, no quiero seguir con esto, el eterno frío me condena al infierno.
Es mi enfermedad una bomba de tiempo, a punto de estallar y traer al muerto.
No puedo más, mi autoestima es escasa, y no puedo soportar la injusta avalancha.
Morir parece la única opción, la vida no tiene sentido, y no veo solución a este cruel destino.
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